Los desafíos de la pandemia COVID-19 en nuestro país representan una oportunidad para afrontar nuestras vulnerabilidades y fortalecer nuestras capacidades, tomando como referencia al Plan Nacional de diversificación económica, Horizonte 2035”.


Es un hecho que todos los países del mundo están aprendiendo a manejar las consecuencias de la nueva pandemia del coronavirus, que ha cobrado la vida de más de miles de personas en todo el mundo.
Nuestro continente, en especial, nuestra región, y más en particular, nuestro país, también ha sufrido las nefastas consecuencias económicas y sociales provocadas por ésta.

Todo ello, en un contexto económico marcado por la caída de los precios del petróleo y las restricciones internacionales por las medidas contra su propagación. Pues este virus ha puesto a prueba las instituciones más fuertes y las culturas democráticas más consolidadas.

A pesar de todo, sabemos, por experiencia, que la eficiencia se juzga por las respuestas dadas a una crisis a la que nadie estaba preparado y, en este sentido, Guinea Ecuatorial ha podido contar con la impresionante gestión, tanto de los miembros del Comité Técnico de respuesta a la Covid-19, como del Comité Político, al cual está subordinado.
Este último, máximo órgano político de gestión de la respuesta sanitaria de nuestro país frente al Covid-19, ha estado a la altura de las circunstancias como corroboran acciones, tales como: el abastecimiento de material sanitario, la adquisición de artículos de primer orden en la lucha contra el Covid-19 y los diversos acuerdos bilaterales, entre los que destaca, la donación de un importante lote de vacunas de China.

En el marco económico, hemos tomado medidas estratégicas basadas en el diálogo con los agentes para respaldar al sector de los servicios, el turismo, el trabajo doméstico y el comercio.

Esta crisis nos ha ayudado a considerar, más que nunca, la importancia de abordar el constante desarrollo de la economía informal en nuestro país, por varias razones como: la obligación de garantizar la previsión social de los trabajadores, la necesidad de establecer un registro real de los actores económicos y potenciales contribuyentes para así promover un estado de garantías sociales.


Asimismo, hemos asumido varias de las recomendaciones en materia de política monetaria del Banco Central de los Estados de África Central (BEAC), de la COBAC o del Comité de Política Monetaria, destinadas a la estabilidad del sector financiero.


A pesar de todo, nos hemos dado cuenta que nuestros desafíos son los mismos que ya habíamos identificado hace tiempo, recogidos en la agenda de desarrollo, Horizonte 2035.

Se trata, por un lado, de: la diversificación económica, la potenciación del capital humano y la apuesta por la digitalización, la innovación y la industria local; y, por otro lado, de: la estabilidad presupuestaria, el aumento de la base recaudatoria del Estado y el control de la deuda interna.

Ya en la última sesión del Comité Nacional Económico y Financiero (CNEF) del 3 de marzo de 2021, se reveló que el Producto Interior Bruto (PIB) nacional de 2020, disminuyó un -5.3% respecto al año anterior, debido, sobre todo, a la caída del sector no petrolero, que pasó de un crecimiento positivo de 1,1% a un negativo de -6,1%, causado por los efectos de las medidas contra el Covid-19. Aunque se prevé un aumento gradual de los precios medios del crudo ecuatoguineano, hasta alcanzar los 48,8 dólares/barril en 2021 (+30,3%), 46,3 dólares/barril en 2022 (-5,1%) y 44,9 dólares/barril en 2023 (-3,0%) y reformas estructurales emprendidas con el FMI, para el Fortalecimiento del Sistema Nacional de Protección Social y Apoyo a las PYMES.


Si bien esta previsión supone una oportunidad para la economía ecuatoguineana, hay que señalar que la evolución del PIB entre 2021 y 2023, está marcada por la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia y el impacto de las medidas económicas aplicadas.


Así pues, tenemos ante sí, una oportunidad histórica para diseñar respuestas innovadoras que, promuevan una transformación real de nuestra economía, a fin de resolver las vulnerabilidades que han quedado tan expuestas en esta crisis.
Nuestra mejor opción es emprender un camino más certero hacia la consecución de nuestros desafíos históricos, que son: la diversificación económica, la digitalización y el fomento del capital humano.

Por una Guinea Mejor!