La economía de guinea ecuatorial conoce una recesión desde el año 2015, si bien de manera excepcional, en el año 2022 los indicadores macroeconómicos mostraron mejoría, gracias a los altos precios de los hidrocarburos. En los próximos años, se proyecta que la economía permanezca en recesión debido a la mayor caída de la producción petrolera, agravada por una economía no petrolera débil, en un entorno empresarial incipiente, débil capital humano y un entorno de negocios poco atractivo. En este contexto, se requiere la aceleración de reformas económicas y una gestión macroeconómica prudente para frenar y revertir las tendencias negativas.